La dieta de la clínica Mayo
La clínica Mayo es una de
las compañías de hospitales privados más prestigiosa del mundo, muy conocida
por su potente labor de investigación. Los nutricionistas de la institución
elaboraron una dieta estandarizada que recomiendan a los pacientes para perder
peso, pero también para mantener una alimentación saludable a lo largo del
tiempo.
Para seguir correctamente la
dieta hay que practicar 30 minutos de ejercicio intenso al día
Se trata de una dieta excelente
como régimen de mantenimiento, pues es muy completa y segura,
aunque no permite adelgazar tan rápido como otros regímenes.
La dieta de la clínica Mayo no
elimina ningún nutriente pero, como la mayoría de planes de adelgazamiento,
prima la ingesta de frutas, vegetales y cereales integrales.
La particularidad de este
régimen es que insiste en el cambio en los hábitos de vida, no
sólo en lo que respecta a la alimentación, también en lo relativo al ejercicio
físico. Para seguir correctamente la dieta hay que practicar 30 minutos de
ejercicio intenso al día. Además incide en los peligros de los alimentos procesados,
que están muy limitados en la dieta (aunque en ocasiones aparecen).
En la fase inicial de la dieta,
que dura dos semanas, se pueden perder entre 2,7 y 4,5 kilos.
Este es un esquema tipo de un menú diario, que contiene 1.200 calorías.
Desayuno
- Un yogur desnatado y una pieza de fruta.
Comida
- Una ensalada de pasta elaborada con una lata de atún, cuatro tazas de pasta cocida, dos tazas de zanahoria y calabacín en dados y cuatro cucharadas de mayonesa baja en calorías.
- Una naranja.
Cena
- Una tercio de una pizza de queso de 12 pulgadas.
- Una ensalada verde elaborada con media taza de tomate en rodajas, cebolla roja y champiñones. Y dos cucharadas de aliño.
Aperitivo entre las tres comidas
- Una manzana
La dieta
mediterránea es la dieta tradicional que cuenta con un mayor respaldo
científico y todos conocemos en qué consiste: un consumo alto de
frutas, verduras, pescado, cereales integrales, legumbres y aceite de oliva, y
bajo en carne roja, azúcares y grasas saturadas. Pero, además, un componente
importante es la práctica de ejercicio.
Dado que
es la dieta que se utilizaba en nuestro país hasta hace no mucho, es muy
fácil de seguir. Pero hay que tener en cuenta que lo que hoy
podemos entender como “dieta mediterránea” no siempre corresponde a lo que los
científicos entienden como tal.
Hasta la
fecha, el estudio PREDIMED –la investigación de mayor envergadura que se ha realizado
sobre nutrición y salud a nivel mundial– ha demostrado científicamente que la dieta
mediterránea enriquecida con frutos secos y aceite de oliva virgen extra
reduce en un 30% el riesgo de infarto de miocardio, de accidente
vascular cerebral o de muerte por causa cardiovascular.
Estas son
las pautas principales de la dieta:
- El consumo total de grasas debe ser menor del 35% de la energía consumida, y las grasas saturadas no pueden superar el 8%.
- Se debe consumir pollo o pescado dos veces a la semana.
- Se pueden tomar hasta siete huevos a la semana.
- Se debe consumir a diario leche, queso o yogurt.
- La carne roja sólo puede consumirse una o dos veces por semana.
- Se pueden consumir uno o dos copas de vino al día.
Este
podría ser un menú diario:
Desayuno
- Un café con leche.
- Una rebanada de pan con aceite de oliva.
- Un vaso de zumo de naranja natural.
Aperitivo
- Una pieza de fruta.
Comida
- Lentejas guisadas.
- Albóndigas con guisantes y zanahoria.
- Fresas con nata.
Merienda
- Queso fresco con miel.
Cena
- Ensalada mixta.
- Pescado al horno con patata asada.
- Un yogurt.
La dieta DASH
La dieta
DASH responde al acrónimo Dietary Approaches to Stop Hypertension (“enfoque
alimenticio para detener la hipertensión”) y, como su nombre indica, fue
desarrollada por el Instituto Nacional de Salud estadounidense como
una dieta específica para tratar a pacientes con tensión alta. Aunque no nació
como una dieta de adelgazamiento, sí que sirve para tal fin.
Las
grasas saturadas, los azúcares refinados y los carbohidratos están
prácticamente prohibidos
Se trata
de una dieta muy variada en la que se prima la ingesta de frutas, verduras y
lácteos bajos en grasa. También se consumen cereales integrales, carne, pescado
y legumbres, pero de forma más restringida. Las grasas saturadas, los azúcares
refinados y los carbohidratos están prácticamente prohibidos. La dieta va
acompañada de un plan de actividades de ejercicio físico y reduce a la mínima
expresión el consumo de alcohol. Dado que es una dieta especialmente
recomendable para tratar la hipertensión, la sal está limitada al punto
justo en que nuestros guisos empiezan a saber a algo.
Este podría
ser un menú diario:
Desayuno
- Sándwich integral de pavo y tomate.
- Una naranja.
- Un té verde.
Aperitivo
- Piña.
Comida
- Lomo de cerdo asado con arroz integral y frijoles.
- Una ensalada de lechuga.
Merienda
- Palitos de zanahoria
Cena
- Pasta con tomate natural y mejillones.
- Gelatina sin azúcar.
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