Las técnicas de limpieza hepática tuvieron origen a partir de las enseñanzas publicadas por Andreas Moritz en un libro que lleva el mismo nombre. Es un método natural y sin contraindicaciones que se utiliza para eliminar todas las piedras y cálculos que se hayan acumulado en el hígado y en la vesícula a lo largo de los años.
La serie de técnicas de limpieza hepática publicadas por Andreas Moritz fueron descubiertas por el mismo mientras las probaba en su propio cuerpo. Según Moritz, el hígado y la vesícula son los encargados de filtrar todo tipo de toxinas que ingresan en el organismo, acumulando una enorme cantidad de desechos en forma de cálculos y piedras. Para mantener estos órganos en pleno funcionamiento, sugiere Moritz, lo mejor es deshacerse de estos cálculos a través de una limpieza hepática (evitando posibles complicaciones que podrían derivar en cirugía).
Los ingredientes principales que se necesitan para llevar a cabo una limpieza hepática son aceite de oliva (medio vaso), ácido málico (una caja de cápsulas), sales de Epson (cuatro cucharadas soperas) y zumo de pomelo (opcional). La limpieza hepática tiene una fase de preparación en la que se toman 3 cápsulas de ácido málico al día por seis días (afloja los cálculos). En esta fase se recomienda hacer dieta muy sana (nada de lácteos, frituras ni alimentos de origen animal). El mejor momento para hacer una limpieza hepática es el fin de semana. Al efectuar una limpieza hepática se sugiere realizar (antes y después) un lavaje colónico.
Antes de hacer una limpieza hepática es necesario conocer todos los beneficios que nos puede ofrecer este método. En primer lugar vale la pena mencionar que después de una limpieza hepática las digestiones son mucho más fáciles. También se ha demostrado que con una limpieza hepática mejora notablemente la vitalidad (los nutrientes se absorben mucho más) y mejoran los niveles de energía y el estado de ánimo.
CÓMO HACEMOS UNA LIMPIEZA
Dentro del procedimiento de LH, las lavativas son imprescindibles, especialmente las del día después. Si no, las piedras pueden alojarse en el colon y permanecer allí con sus toxinas, provocarnos una apendicitis o, cuando menos, un dolor de cabeza por causa de las toxinas liberadas. El que no quiera o no esté dispuesto a ponerse lavativas es mejor que no haga la limpieza hepática. Por eso es importante informarse bien del protocolo, y recomendamos estudiar la bibliografía al respecto. Las escasas personas que han tenido problemas, ha sido generalmente por no beber suficiente agua el día de la cura, y al siguiente, así que cuide hidratarse bien si decide realizarla algún día, pues las sales de Epsom son muy secantes.
Para hacer la limpieza hepática se necesita:
1 bote de sales de Epsom, que se encargan en cualquier herbolario. Son un laxante natural compuesto por sulfato de magnesio.
1/2 vaso (125 cc) de aceite virgen extra y 1/2 vaso de zumo de pomelo o de limón, a elegir.
Seis litros de zumo de manzana, vale del comercial, pero es mejor comprar cápsulas de ácido málico.
Una pera adulta de caucho para hacer lavativas del intestino.
Un escurridor de verduras para poner en el inodoro, y recoger las piedras eliminadas.
Método
Tomar al margen de las comidas, 1 litro como mínimo de zumo de manzana al día, durante 6 (o más) días (de lunes a sábado). Esos seis días de preparación, sigue comiendo con normalidad, pero procura llevar una dieta limpia, suave, y baja en grasas fritas. Con el ácido málico del zumo de manzana conseguiremos reblandecer las piedras del interior del hígado y también las de la vesícula pues la mayoría suelen ser de colesterol (80%), salvo que estén calcificadas o duras (20%). Con el málico, los residuos se vuelven maleables como la plastilina, y salen por el colédoco sin dolor, en gran parte gracias a la dilatación y relajación que provoca el magnesio de las sales de Epsom sobre los conductos biliares. Por eso lo mejor para un cólico biliar ¡es hacer urgentemente una limpieza hepática!, dado que liberará el cálculo del espasmo del colédoco, gracias al relajamiento sobre el tejido del colédoco que produce el magnesio de las amargas sales de Epsom (también llamadas sales inglesas o de la higuera).
Según nuestra experiencia pueden ser necesarias muchas limpiezas hepáticas para resolver problemas crónicos de salud, por lo que recomendamos hacerlas como mínimo durante todo un año. Es decir, doce limpiezas, siendo muy probable necesitar dos o más años, a razón de una cada mes. Se recomienda realizarla un sábado a la noche para poder pasar el domingo -o día festivo- descansando en casa. El lunes suele ser el mejor día.
El protocolo de LH (Método Fusión)
Sábado, 19 h. Añadir 4 cucharadas soperas (no de las de postre ni café) bien llenas de sales de Epsom, a 3 vasos de agua (750 ml) filtrada en una jarra. Hacer 4 porciones y tomar la primera ahora (aprox. 190 cc). Las sales dilatan los conductos biliares facilitando el paso de las piedras, y también las eliminan del intestino.
20 h. Aplicarse una serie de 4-5 lavativas de agua templada para vaciar el colon.
21 h. Beber la segunda porción de ¾ de sales de Epsom (aprox 190 cc)
23 h. Ingesta de la mezcla. Lavar previamente los limones o pomelos para retirar los insecticidas y barnices de la piel. Exprimir medio vaso aprox. (125 cc) y mezclar con otro medio vaso (125 cc) de aceite virgen extra, agitando todo bien en un bote tapado. Si tiene piedras en la vesícula use 200 cc de aceite con 125 cc de pomelo/limón. Puede mitigar el mal sabor de boca con unos sorbos de zumo de mandarina, limón o naranja.
Opcional (se puede hacer siempre, cada varias limpiezas o nunca): Añadir a la mezcla anterior un tercio de vaso (80 cc) de Coca-Cola clásica, al que le hemos quitado el gas, y remover después todo con una cucharilla.
Tomar toda la mezcla, no tardando más de 5 minutos. Acostarse inmediatamente tras la toma, ponerse preferentemente sobre el costado derecho o boca arriba pero siempre con la cabeza más elevada que el abdomen (dos almohadas). Apagar la luz y tratar de dormir. No cambiar de posición bruscamente. Al cabo de una hora podrá levantarse sólo si lo necesita.
A partir de entonces puede situarse todo el tiempo boca arriba semiincorporado, para pasar así la noche. Quizá note la expulsión en su hígado/vesícula.
Domingo
7-7:30 h. Beba el tercer vaso de sales de Epsom, y si tiene sueño, vuelva a la cama, pero es preferible estar erguido para ayudar a la bajada de los restos y a su evacuación. Coloque el escurridor de verduras en el inodoro.
9-9:30 h Beba el 4º y último vaso de ¾ de sales de Epsom. Puede ser el más difícil, pero debe beberlo para vaciar todo el contenido arrancado por la noche del hígado-vesícula. Durante la mañana generalmente, y en algunos pocos casos por la tarde, se tendrán varias deposiciones con distintos tamaños y colores de cálculos.
Algunos habrán sido originados esa misma noche (verde esmeralda por la mezcla ingerida), pero otros serán procedentes del hígado-vesícula (cremas, marrones, negros, verdes oscuros, blancos...). Con ellos saldrán múltiples toxinas acumuladas en su hígado y quizá también parásitos.
11 h. Ya puede beber agua templada, infusiones o zumos. Tome suficientes líquidos si no quiere sentirse mal. Las sales deshidratan mucho, así que beba bastante.
13 h. Ya puede comer normal, no se sobrepase aunque tenga hambre. Acaba de salir de una auténtica cirugía sin bisturí. Haga dieta blanda de postoperatorio, muy especialmente a la cena.
Por la tarde, aplicarse una serie de lavativas para garantizar el desalojo de los residuos arrancados y que no se reabsorban. También se puede aplicar un enema de café, que ayuda a la expulsión de más toxinas hepáticas, seguido de uno de agua para lavarlas. Repetir las lavativas al día siguiente lunes, hasta tener el colon perfectamente limpio. Haga baños de vientre y asiento.
Siga bebiendo zumo, o tomando málico, durante varios días para que no se estanque el flujo biliar de nuevo con los residuos que sigan bajando. Anote y fotografíe los resultados y en un mes aproximadamente repita la experiencia.
El método «Fusión» para la limpieza hepática y de la vesícula que propugno contiene no sólo el protocolo clásico realizado a partir del libro de Andreas Moritz y de la Dra. Clark (el cual a su vez tomaron de otros naturópatas norteamericanos), sino también una serie de procedimientos a mayores para minimizar los síntomas durante la limpieza, y también con posterioridad a la misma. Además, adapta los horarios, facilita ayudas para el descanso nocturno, y expone pequeños trucos para sobrellevar mucho mejor las noches curativas del proceso limpieza hepática.
No podemos pretender, como algunos creen, que con una sola limpieza hepática vamos a curarnos de años de despropósitos contra nuestra salud. La naturaleza es sabia y trabaja despacio; hay que dejarla actuar, pues la impaciencia es también un síntoma del hígado.
Es realmente sorprendente lo bien que te sientes cuando te curas tu a ti mismo, de una manera tan fácil y natural. Sin embargo, recomendamos acudir a un experto que haya practicado en sí mismo la LH para que nos asesore en las crisis curativas que pueden despertarse en nuestro cuerpo, ya que no todos están preparados para enfrentarlas sin apoyo terapéutico.
En las piedras eliminadas tendrás las pruebas de tu futura mejoría. Conozco casos que han corregido sus cifras de colesterol en sangre con ¡sólo una limpieza! Otros han limpiado su vesícula y otros han corregido diversas afecciones.
Valoremos las cosas sencillas que nos dan salud, pues por desgracia, generalmente solo damos valor a las cosas complicadas, caras y artificiales. Justo lo que la limpieza hepática no es.
Recomendaciones durante la Desintoxicación
- Consuma, si le es posible, alimentos de origen biológico.
- Consuma frutas como desayuno, almuerzo y/o sustituto de la cena.
- Prepare los alimentos al vapor, hervidos o a la plancha usando utensilios de acero inoxidable
- Elimine el consumo de productos refinados, la carne roja y los productos lácteos y derivados.
- Evite el consumo de bebidas alcohólicas, excitantes, etc.
- Procure no tomar alimentos fritos, congelados, precocinados, etc.
- Tome algún tipo de caldo depurativo diariamente y fuera de las comidas.
- Trate de reducir la cantidad de alimentos a ingerir.
- Evite las situaciones de estrés.
- Mantenga una higiene externa e interna adecuadas.
- Realice una actividad física acorde con sus necesidades.
- Duerma un mínimo de horas para que el sueño sea reparador.
- Beba agua filtrada o embotellada.
Cereales integrales: aportan hidratos de carbono complejos y vitaminas del grupo B, elementos necesarios para el buen funcionamiento del hígado. Además, los H. C. que contiene constituyen el nutriente que con mayor facilidad metabolizará un hígado enfermo.
Frutas: son ricas en azúcares de fácil asimilación y vitaminas antioxidantes que favorecen el funcionamiento hepático y evitan la retención de líquidos.
Verduras: siempre que sea posible se deben tomar crudas o cocinadas con poca sal. Aportan potasio y otros minerales necesarios en caso de trastornos hepáticos. Además, aportan folatos necesarios para el metabolismo hepático.
Uvas: además de aportar azúcares naturales y vitaminas antioxidantes activan la función desintoxicadora del hígado y estimulan la producción de bilis. Asimismo, facilitan el retorno de la sangre del aparato digestivo al hígado con lo que disminuye la hipertensión portal que suele producirse como consecuencia de la cirrosis.
Manzanas: facilita el vaciamiento de la bilis y la descongestión hepática. Y poseen abundante fibra.
Ciruelas: evitan el estreñimiento y favorecen la eliminación de desechos orgánicos. Son bajas en sodio, grasas y proteínas. Facilitan el trabajo hepático.
Cerezas: son antioxidantes y depurativas de la sangre lo que facilita el trabajo hepático.
Nísperos: contienen provitamina A y minerales. Son descongestionantes y pueden reducir el tamaño del hígado cuando éste es debido a un cúmulo de sangre (hepatomegalia congestiva).
Alcachofas: por su contenido en cinarina y otras sustancias potencian la función hepática, desintoxican y facilitan la eliminación de sustancias nocivas. Aumentan la secreción de bilis y mejoran su vaciamiento al intestino. Alivian el mal gusto de boca y las digestiones pesadas debidas al mal funcionamiento hepático.
Cardo: contiene también cinarina lo que estimula la producción de bilis, descongestiona el hígado y facilita su buen funcionamiento.
Cebollas: gracias a su aceite esencial sulfurado estimulan la función desintoxicadora del hígado.
Rábanos: su esencia sulfurada de sabor picante estimula la función hepática y aumentan la producción de bilis haciéndola mas fluida y facilitando su vaciamiento.
Lecitina: contiene colina, un factor vitamínico indispensable para el metabolismo hepático y para evitar que se deposite grasa en el hígado.
Aceite de oliva: en cantidades moderadas favorece el buen funcionamiento hepático.
Fresas: mejoran la circulación venosa del sistema portal hepático y contribuyen a reducir la ascitis.
Achicoria, escarola y endivia: contienen una sustancia amarga que facilita el vaciamiento de la vesícula.
Berenjena: es un tónico digestivo que activa de forma suave la función de la vesícula.
Complementos
- El Cocu: Planta que se utiliza con fines medicinales naturales principalmente contra la HEPATITIS mal curada, para CANCER EN EL HIGADO, para CIRROSIS HEPATICA.
- S-Adenosil metionina (SAM). Es un metabolito del aminoácido estándar L-metionina que mejora de forma notable el metabolismo del hígado. Algunas investigaciones han dejado patente su eficacia en los casos de hepatitis y cirrosis, además de actuar como antiinflamatorio.
- Glutamina. Tiene capacidad para inhibir la acumulación de grasas en el hígado.
- Colina. Actúa de forma muy efectiva eliminando y evitando la acumulación de grasa en el hígado.
- Vitamina C. Actúa como antioxidante y produce acción antiinflamatoria.
- Azufre. Además de los efectos neutralizadores de los radicales libres y como sustancia que ayuda a eliminar los metales pesados, el azufre desintoxica el organismo, especialmente a través del hígado. La alicina del ajo -una de sus sustancias activas- es un compuesto azufrado y aunque es muy inestable su degradación no la inutiliza ya que se convierte en otros compuestos azufrados activos.
- Ácido alfa lipoico. Este antioxidante protege al hígado del daño debido a las toxinas.
N-Acetil l-cisteina: Forma potente del aminoácido L-cisteína, aumenta la producción de glutation compuesto antioxidante y desintoxicante).
- Cardo mariano. Se ha comprobado que la silimarina, el principio activo de esta hierba, previene la toxicidad y estimula la función hepática. La ingesta de silimarina produce un incremento sustancial en los niveles de glutation en el hígado. Por su contenido en tiramina puede desencadenar crisis hipertensivas en pacientes que estén siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAOs.
- Diente de león. La raíz de diente de león favorece la función hepática.